18 jun 2010

Si no ahora, ¿Cuándo? (Leer más)


Mundial. Tregua obligada para la política mediatizada, porque la atención anda por otros rumbos. En criollo: no hay la habitual oferta de cámaras.
Pero que las aguas de superficie (las visibles) estén quietas, no implica inmovilidad. Quizá lo novedoso no esté pasando tanto en el ámbito de la políticas partidarias y su show: la multiplicación de “PJ Disidentes” atropellándose por candidatearse, nadie sabe si dentro o fuera del PJ; la pulseada entre ClePto Cobos, ladrón de legitimidad, y Little Richard, que si pretende algún día conducir este país debería dejar de ser “hijo de”; la locura querellante de la alucinada bíblica, y el culebrón de los millonarios despechados;  el político con nombre de árbol, pero con alma de planta trepadora, y otros aún menores. El pretendiente al papado y su claque dialoguista.
No. No se trata de ellos.  La novedad, la corriente que está sacudiendo esta sociedad es la emergencia de otras cuestiones: la discusión por el aborto, la discusión por el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Y también podría decirse,  la situación de los hijos, digámoslo así por ahora, irregularmente adoptados, de la viuda de Noble. Como caso testigo, no en tanto una excepción fortuita y aislada de una situación desgraciada.
¿Tendrán algún punto en común ambas cuestiones?
¿Por qué se da todo en este momento, y no en otro?
Una posible primera respuesta pasa por una palabra escrita pocas líneas arriba: emergencia.  Metafóricamente podría decirse que algo que estaba sumergido, invisibilizado, emerge, de pronto se hace visible en la superficie.
Existía previamente, pero oculto, por debajo.
¿A qué nos referimos? 
El amor, y las parejas del mismo sexo biológico, no son novedosos. Existen desde que hay cultura, es decir, desde que hay división de sexos. El asignarle este reconocimiento legal es, ni más ni menos, respetar sus derechos. Sean éstos del agrado o no de cada quien, los derechos son inalienables.
Análoga situación ocurre con el aborto, al cual absolutamente nadie quiere alentar, sino solamente reglamentar para que,  de llegarse a esa situación,  no se caiga en el negocio clandestino y mortal de las intervenciones ilegales, o aún las caseras, cuando no hay siquiera con qué pagar la ilegalidad.
Muchos de estos casos terminan en muertes. Muertes absolutamente evitables.
Esto es, la necesidad  de adecuar nuestro marco de derecho para regularizar situaciones  cotidianamente de hecho. Es decir, la Justicia aportando un ordenamiento.
Estas dos iniciativas han encontrado una oposición casi inquisitorial en ciertas minorías, mayormente –si bien no únicas- ultracatólicas. Suelen sostener, en relación a estos puntos, una verdadera militancia,  una suerte de cruzada contra una inmoralidad que los aterra, los espanta.
Suelen declararse personas respetuosas de Dios y sus leyes, solidarias, profesantes del amor a su familia y a su patria, y, por supuesto, a sus instituciones (comenzando por la Santa Iglesia).
Caracteriza a este grupo social una posición económica media y alta; un discurso con tintes republicanos pero fuertemente teñido de xenofobia y racismo (aunque “tengan amigos” …) y, por sobre todas las cosas, un desprecio a las clases social, económica y culturalmente más postergadas.
Cultores del esfuerzo individual, toda asistencia del Estado no puede tener otra finalidad que la compra de lealtades.
En todo caso, para hacer caridad estará la Iglesia, asistiendo a “los pobres”.
Las tradiciones tienen fuerza de ley: la primera de ellas, es que somos el granero del mundo.
Lo interesante es constatar que estas mismas personas son las que suelen, expresándolo en términos clásicos, rasgarse las vestiduras, por el “atropello” y la “vejación” que sufre la familia Noble para determinar la identidad de Marcela y Felipe. De pronto, ese súmmum de la moral cristiana entra en flagrante contradicción; ¿Cómo puede, en nombre de la moral y el respeto, obstaculizar por todos los medios posibles, y aún condenar la búsqueda de la verdad?
Habrá que ver qué es lo que habilita a algunas personas a condenar tan enérgicamente una unión homosexual o un aborto terapéutico y, al mismo tiempo, justificar una posible apropiación de hijos de desaparecidos. ¿Será ésta la tan mencionada defensa de la familia? ¿O quizá sea la obediencia debida al mito de la impunidad de los poderosos? Obediencia debida que colocó hijos de desaparecidos donde quienes regularon el mercado de la muerte también regularon el mercado de las apropiaciones.
Parecería ser, en todo caso, la defensa de un mundo que se derrumba.
Poco a poco van cayendo las ficciones de la regulación social del mercado, del derrame de las sobras de los ricos cayendo sobre los pobres, del rol asistencialista de la Iglesia,  de la necesidad de las ganancias extraordinarias para el capital concentrado, a fin de promover las famosas “inversiones externas”, las que obviamente requieren “seguridad jurídica”…
Junto a esto, también va quedando muy en claro qué  sectores de nuestra sociedad intentan sostener ese statu quo, y se va conformando la divisoria de aguas con el otro sector, que busca el cambio cultural, social, político y económico. 
No se trata, pues, solamente de una disputa entre dirigentes.
Se tratará, ni más ni menos, de una batalla que también deberemos librar los ciudadanos comunes: contra nuestros prejuicios, contra tantos años de desculturalización nacional, popular y solidaria.
Y contra tanto hijo de puta que aún anda suelto.



10 comentarios:

Javier dijo...

Bueno lo del matrimonio gay es una demanda que lleva algun tiempo , recuerdo que la asociacion GLTB ya preguntaba a los candiadtos en las elecciones de 2009 si estaban de acuerdo y la realidad es que casi todos los politicos en campaña decian que si , porque lo politicamente correcto era esa posicion , despues en los hechos se vio claramente cuantos mintieron terriblemente .
Y respecto del aborto , era un tema tabu , ni siquiera podia debatirse , hoy lo que veo es que por fin se etsa abriendo el denbate del tema . esperemos el proyecto quje sistematicamente se viene presentando en dipuatdos alguna vez pueda tener dictamen para que lo tengan que debatir en la camara y no muera en los cajones de la comision como viene sucediendo siempre


Un abrazo

Ricardo dijo...

Excelente texto, Sujeto.

Es, como decís, la emergencia de temas largamente postergados.
Y no se trata de la adquisición de nuevos derechos, creo -aunque legalmente sea así-, sino del reconocimiento de derechos que habían sido escatimados, negados.

¡Que dificil les resulta a esos grupos sociales reconocer a alguien distinto a ellos! La violencia con la que manifestaban ayer sus prejuicios en la Audiencia Pública sobre matrimonio gay, acá en Tucumán, era repudiable y me podrucía una profunda vergüenza ajena.
Y es muy cierto lo que decís sobre el desprecio a las clases sociales, económicas y culturalmente postergadas. Intenté decir lo mismo en mi post de ayer. Vos lo expresás mucho mejor.

Abrazo.

Unknown dijo...

Volvió con todo compañero. Esto es lo más parecido al 45.

Sujeto dijo...

Javier, Ricardo, Coronel: Gracias por estar siempre ahí, dando vida a lo escrito con sus lecturas.
Creo que, a la luz de la dinámica política que se creó con la postura de nuestro Gobierno, viejas aspiraciones, viejos reclamos toman una fuerza distinta, comienzan a ser percibidos de otra manera por cada vez más gente, y me parece que debemos ser nosotros parte de ese debate, de esa discusión. La ley de divorcio en la época de Alfonsín fue un primer paso. ¿Se acuerdan que recién a partir de la década del 80 este país pudo tener una ley de divorcio ? Esto forma parte del poder de la Iglesia. No es casual la oposición de Bergoglio, ¿no?
Les mando el abrazo de siempre.

chela dijo...

Mi primera participación en tu blog, Sujeto, es para coincidir. Soy una "Doña Rosa", espectadora de mi barrio y de mi país, lectora infatigable de maestros que nos marcaron un camino hacia la igualdad de oportunidades, el derecho a educarnos, a decidir, a expresar nuestras ideas sin miedos, a elegir con libertad. Soy de las que siempre creyeron que mis derechos terminan donde empiezan los derechos del otro. Pero comparto mi "patio", siempre que me respeten. Y los eternos grupos de poder - Iglesia, dueños de la tierra, financistas - han informado según su conveniencia, en un liderazgo paternalista donde eran los únicos dueños de la verdad y nos "cuidaban" para que no desviáramos nuestro pensamiento. Pero, como la Historia no es rígida ni inmutable, con mucho esfuerzo y sangre derramada, las sociedades se sacuden los paradigmas, rompen sus prejuicios, instalan nuevas y dinámicas pantallas donde nuevos órdenes mostrarán una Humanidad más centrada en el HOMBRE y no en sus posesiones.
Nos seguiremos viendo.

Sujeto dijo...

Hola Chela, bienvenida.
Coincido con lo que expresás. Creo que tenemos el privilegio de vivir un momento histórico en Latinoamérica casi inédito, de refundación. Pero este simple hecho de aporrear el teclado e intercambiar ideas con los demás, este pequeño aporte que hacemos y que tiene el valor de la reciprocidad, ya nos empieza a correr del mero lugar de espectadores...
Un gusto tenerte por acá.
Saludos

Almita dijo...

A mi parecer, hay un punto en común entre los 4 temas (rejunte/oposición/reposicionamiento, matrimonio gay, aborto, Ernestina).
Los temas, no son muy importantes para la mayoría silente. Les afectan o no, o les afectan y no lo saben, pero no son temas de conversación cotidianos. Más bien, son temas que preocupan a personas que, resultas sus necesidades básicas, pueden darse el lujo de tener tiempo para reflexionar y pensar, y la formación para hacerlo -y las ganas, por qué no-.
Entonces, mientras muchos están pendientes del resultado Paraguay - Japón, otros actúan.
Y además, por qué no, porque cuando la olla está llena, se puede uno demorar hablando de otros temas. Y hace rato no pasaba, la olla estaba siempre por la mitad.
Saludos.

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Almita
Es cierto, si tenés el estómago vacío, lo único que te va a afectar es lo que te toca directamente. Pero, como decís, ahora la olla está un poco mejor repartida y pueden ir teniendo lugar estas otras cuestiones que, aunque invisibilizadas, existen.
Saludos

Daniel dijo...

Como decía en otro blog; hace más de tres décadas soñaba por estas cosas, por las que recién ahora empezamos a pelear.
Qué paciencia...

Cleofé dijo...

Hola!
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