12 mar 2011

¿Por qué soy kirchnerista?

Por algún lugar leí una frase del maestro Hegel que más o menos decía (disculpen si no es exacta) "en toda cosa ya sabida aún queda algo digno de ser pensado". Es una frase que, desde que la leí, me ha impresionado vivamente y  provoca, en el sentido de una invitación desafiante, a dejar de lado cierta inocencia, cierto conformismo conservador y tranquilizante que da "lo sabido".  Al cabo, pensar lo sabido es aventurarse a que no sea tan así, a riesgo que se conmueva lo que se creía seguro.                                                                                             
Siguiendo esta premisa, uno podría muy bien formularse ciertas preguntas, como por ejemplo, ¿Por qué soy kirchnerista ?.                                                                                                           
Quizá lo interesante de la pregunta no se encuentre en "la" respuesta,  sino mas bien en el hecho de formularla y compartirla en su diversidad, porque justamente ¿qué nos hace pensar que todos nos sentimos parte de este espacio por los mismos motivos ?.                                                             
Justamente, es el carácter diverso, heterogéneo de esto que llamamos kirchnerismo lo que lo enriquece, y que hace que hombres y mujeres de distintas posiciones sociales, económicas, culturales, de diferentes  procedencias político- ideológicas confluyamos en esta pertenencia, sin perder nuestra identidad, pero juntos en la construcción del campo popular.                                 
La lista de hechos que nos trajo a este lugar puede ser francamente inmensa, pero para hacer una síntesis, la frase hegeliana nos va dando pistas: el kirchnerismo ha tenido la osadía de volver a pensar lo establecido para transformarlo.                                                                  
Parada brava a sostener, porque lo establecido debe su peso de "orden natural" al entramado, al tejido de  relaciones de poder, sociales, jurídicas, económicas, políticas y culturales que lo conforman, consolidan y pretenden eternizar.                                                                                       
Adelanto desde ya una posible respuesta, de carácter personal, a la pregunta formulada: el kirchnerismo, además del coraje, ha tenido la lucidez de plantear que la necesaria transformación que promueve no es sólo política, económica y social, sino también cultural, en la medida en que nos ha hecho a cada uno de nosotros, poner en cuestión nuestra propia mirada sobre muchas cuestiones.    
Si recordamos algunas palabras incorporadas a la fuerza a nuestro vocabulario de todos los días hace unos pocos años atrás, tendremos una idea clara de lo que queremos decir: riesgo país, mercado, administración,  flexibilización, ajuste, stand by, racionalización del gasto, desregulación,  inversión extranjera, convertibilidad, monitoreo, y tantas otras, eran el arsenal semiológico (junto con el aparato represivo) con el que nos sojuzgaban a diario, marcando si estábamos o no por "el buen camino", por supuesto, señalado por esa brújula que más que nunca apuntaba al norte. Ni más ni menos, el lenguaje de la decadencia, de la entrega, de la rendición incondicional, porque en él había una exclusión, una ausencia notable: el pueblo.           
Ausencia deliberada, el pueblo como concepto que denota unión constituía un peligro para los profetas de la dependencia, que necesitaban de la competencia individual, de la primacía del mercado para depredar a gusto. Y si esto flaqueaba, siempre el garrote represivo pondría las cosas en su debido punto.                                                                                                                                           
¿Cuáles son las palabras de este presente ? integración, inclusión, derechos, dignificación, producción, paritarias, intervención del Estado , asignación, distribución, justicia social, Pueblo que retorna como sujeto y como beneficiario de la transformación, pueblo que comienza a comprender por qué le ocurrieron muchas cosas en su historia y qué debe hacer para no repetirla.   
Debe verse en esta subversión del lenguaje cipayo (y sus hechos)  que operó el kirchnerismo una muestra del cambio cultural, porque nos obligó a repensar, a resignificar  cuestiones que parecían poco menos que inmutables, y, por sobre todas las cosas,  a desterrar la resignación como destino, por eso soy kirchnerista.

36 comentarios:

Daniel dijo...

Excelente post e inmejorables las frases desarrolladas en cursiva, Sujeto.
Y te lo voy a avalar por la contraria, por así decirlo.
Soy un consecuente escucha de "Condenados al éxito", un programa radial con muy buenos comunicadores entre los que se destaca Tato Contissa.
Quien lo escucha, especialmente a él, dirá sin dudar que es definitivamente un kirchnerista, defensor a ultranza como se presenta de toda la gestión Néstor-Cristina.
Pero, para mi sorpresa, aludía los otros días sobre que él no se define como kirchnerista.
Esto me remite a que yo mismo, defensor a ultranza de la gestión, tampoco lo hago. Es decir; me califico como humanista. Una visión hacia el socialismo. Una posición reformista, de paso a paso y buscando en cada paso integrar a la sociedad, hacia la construcción colectiva, hacia la igualdad.
Sin embargo, si me preguntan si soy kirchnerista, inevitablemente responderé que si.
"Enredando palabras" se denomina éste blog. Desenredando un poco terminaré diciendo que yo tenía idéntica posición antes del arribo del kirchnerismo y no vi más que alguien que puso en la práctica (ahí en la cancha, donde se ven los pingos) un desarrollo de secuencias que digo, quien lo podría haber hecho mejor.
Quizás los chicos que se suman hoy a participar, estimulados por tanto fulgor, sepan llamarse con más propiedad; kirchneristas.
Pero como bien decís y como hizo notorio Cristina en su discurso de Huracán; a sumar. A sumar a quienes provienen de diversas ideología y saben y quieren confluir en éstos nuevos vientos. Y a sumar a tanta gente de a pie, que no sabe bien autodefinirse pero que está deseosa de participar en ésta construcción.

Un abrazo.

Moscón dijo...

Che Sujeto:
Con estas cartas credenciales quien puede ponerte en duda.
Importantísimo la cuestión de la palabra al momento de volcar en la arena del circo los conceptos a participar de la construcción social,la invisibilidad de los depredadores detrás de las fachadas de falsas realidades,fantasmas espantados por la fuerza contundente del sentido común de la inclusión al proyecto tantas veces postergado de un país con ciudadanos y no una nación con habitantes.
Si el pensamiento es la semilla de la acción,entonces estamos germinando.

Un Abrazo

Moscón dijo...

¡Muy bien Unfor!

Daniel dijo...

Gracias Moscón. Buenísimo tu comentario también.

Ricardo dijo...

Muy interesante que en la frase de Hegel que te dispara la pregunta también esté parte de la respuesta.

Kant decía que el hombre es un fin en sí mismo y no un medio. Los liberales -ultraliberales marianogrondonistas (perdonesemé el intento humorístico)-, apelando al individualismo in extremis como fundamento, convirtieron al pueblo en un medio, el medio por el cual ellos podían acaparar las riquezas y recursos. El kirchnerismo vino a colocar al pueblo y a los hombres como un fin en sí mismo, promoviendo así la dignidad.

Recuerdo que la reacción decía que Kirchner era una "anomalía" del sistema, que llegó debido al inmenso descalabro de la crisis de 2001. Vemos hoy que no sólo no se trató de una anomalía sino que se trata de un ideario que se va formando y agrupa, como bien decís, a muchos que tenemos diversos orígenes, pero un horizonte común nacional y popular.

Un abrazo.

daniel mancuso dijo...

excelente análisis Sujeto,
comparto también las palabras de Unfor, es emocionante estar viviendo estos tiempos de resignificación del lenguaje cotidiano, y la batalla cultural que nos auna y nos hermana, abrazo

Rubén Levenberg dijo...

¿Qué te puedo decir, Sujeto? Yo también. Un abrazo.

Daniela Godoy dijo...

Buenísimo el post,Sujeto Y coincido con Unfor...
En 2003, cuando comprobaba con una maravillada alegría que se empezaban a hacer en lugar de declamar, las políticas que había defendido, por las que había alguna vez militado, y que se habían traicionado desde un mal llamado "progresismo"(qué querrá decir esto ahora?), me dí cuenta que lo más importante y lo más difícil era el cambio cultural. Que lo más reactivo - nietzscheanamente hablando- era ese arsenal de frases hechas, de ideas derrotistas sobre nuestra capacidad y nuestra idiosincrasia, los olvidos selectivos, la pereza...
Digo pereza de pensar, hacerse cargo como colectivo de los errores y tener el coraje de animarse a intentar otra vez, buscando otros caminos. Hay mucho de esa pereza o de esa comodidad desde los tiempos de la dictadura cívico-militar y el menemato que le puso el broche de oro y le dió ínfulas.
Las "anomalías", como la de Néstor y todo lo que abrió, son las que crean las realidades, sacudiendo aquel panorama y aquel destierro del pueblo.
El movimiento popular con todos sus matices -impensables hace cinco años nada más- fue moviéndose más rápido, con un horizonte común - quizás no del todo definido, pero con principios firmes- de lo que podamos teorizar o abarcar con conceptos, predicciones y palabras.
Es maravilloso.Por eso yo también me digo kirchnerista.

Sujeto dijo...

Hola amigo Unfor
Me gustó mucho esto de avalar por la contraria, porque me parece que de lo más jodido que nos puede pasar es, justamente, el gris de la uniformidad (ya conocés mi brutal tirria al concepto de "consenso").
Mi origen es el viejo y querido PI, en esos ´82/´83 de la agonía de la dictadura y el renacer de la democracia; donde abracé ideales, banderas emancipatorias, transformadoras, que el decurso de la vida política convirtió cada vez más en utopías, en horizontes que se alejaban casi inexorablemente. Uno seguía conservando esas ideas, pero cada vez más solo, porque justamente habíamos perdido esa batalla cultural.
Puedo, además de haber apoyado siempre desde 2003, llamarme kirchnerista, porque encuentro ya no sólo el levantar las mismas banderas, sino sentir, palpar que se está en el camino de su concreción. En todo caso, y desde mi mirada en particular, lo único invariable es la pertenencia al campo nacional, popular y democrático, a los ideales de equidad, de dignidad, de justicia, de identidad cultural.
En el kirchnerismo es donde se encarnan, se plasman esas tradiciones, y es en ese sentido donde reconozco mi pertenencia.
El abrazo grande de siempre

Sujeto dijo...

Che Moscón
La cuestión de la palabra me parece central, justamente porque estos gobiernos que tenemos desde el 2003 vinieron a romper con esta imposición que el mundo se maneja con una idea única.
Acordate cuando prendías la tele y tenías todo el tiempo a los gurúes de la city porteña como si fueran jueces, pontificando sobre si el ajuste efectuado había sido todo lo cruento que debía, o si se habían quedado cortos, es decir, si se quedaba suficiente cantidad de gente sin laburo o no. Muy jodido, pero lo peor es que grandes capas de la población lo veían como irremediable, como un destino inexorable, inapelable, sin escapatoria. Por eso creo que el cambio cultural es valiosísimo: producir hechos que demuestren otros caminos posibles, pensar esos otros caminos para producir los hechos, donde van cayendo los velos y se comienza a ver quién es quién.
Gran abrazo, amigazo (salió en versito...)

Javier dijo...

Tambien recuperamos patria , pueblo , cipayos , profetas del odio , lacayos , rumbo y profundizarlo

Un abrazo

Sujeto dijo...

Hola Ricardo
Uno de los libros que más quiero, sino el que más, es una biografía de Sócrates, escrita por un señor llamado Rene Krauss que debo tener desde hace unos 25/30 años, y que no escapó del maltrato de las mudanzas, etc. Sigue estando, completamente amarillenta, con faltante de páginas, pero cada tantos años, vuelvo a leerla con el mismo placer inicial; podría decirse que es un libro que me marcó en muchos sentidos, uno de los cuales fue el valorar la pregunta mucho más que la respuesta, casi como que ésta última termina siendo un necesario accidente que le ocurre a la primera, y que en todo caso, será más lograda si vuelve a parir otra pregunta.
Fenarete, la madre de Sócrates, era partera. Sócrates, a su modo, también: un molesto partero de interrogantes, un incomodador de lo que se creía sabido.
De algún modo, entre tantas otras cosas, el kirchnerismo, en ese -como muy bien decís-ubicar al pueblo como destino final de su praxis, creo que a muchos de nosotros nos ha sacudido, nos ha interpelado, nos ha convocado a pensar, a intercambiar, a compartir.
¿qué otra cosa hacemos en nuestros blogs ?
El afectuoso abrazo de siempre

Sujeto dijo...

Hola Daniel,
Como de costumbre, un gusto compartir con vos este espacio y este camino histórico, nos estamos leyendo.
Gran Abrazo

Sujeto dijo...

Ruben,
Una alegría reencontrarte, estamos medio perdidos... y encima yo ya no estoy practicando más Tai Chi Chuan ni Hsing I, así que ni ahí ya nos vemos, pero seguiremos "por escrito".
Otro abrazo para vos

Sujeto dijo...

Hola Daniela
Es absolutamente cierta la complementariedad, como en tantas otras cosas, que hubo entre la dictadura y el menemato en el campo de la palabra y del pensamiento.
Una anécdota la ilustra: en una ocasión, hablando con mi mujer, yo decía que la frase-símbolo de la dictadura había sido la tristemente célebre "el silencio es salud", fácil y eficazmente traducible como: "si querés vivir, si no querés desaparecer, callate, no cuestiones.
Pensar es comprarte la muerte". Mi mujer, con una gran agudeza, me hizo notar que, en esa época de "Feyaris", Ruso Sofovich y pizza con champagne, el mensaje menemista era: "no pienses, es inútil: el éxito no depende de eso". Me pareció sencillamente brillante y certera esa lectura.
Como siempre, gracias por tu lectura y tus comentarios.
Un Abrazo

Sujeto dijo...

Hola Javier
Claro, lo que recuperamos, y también aquello de lo que nos desprendimos, han tomado su lugar. Y no es poca cosa, por esta razón es tan importante que el cambio cultural acompañe al cambio social, político y económico, porque es la garantía para poder elegir el rumbo de nuestro destino.
Abrazo

Milton Paz dijo...

#muykirchnerista.

Sujeto dijo...

Hola Filo loves,
Gracias por pasar
Saludos

Little Freud dijo...

Me encantó, Sujeto. Ya lo estoy colgando en facebook para que algunos amigos lo lean.
Yo creo que va mucho de la mano con la cuestión de aglomerar ideales, por así decirlo. Yo no me consideré un kirchnerista hasta 2009, cuando se lanza la Asignación Universal por Hijo. A todos los que consideramos que éste es el modelo de país que debe profundizarse creo que nos tocó por distintos lados y por esa razón uno es kirchnerista por distintos motivos. También creo que eso es lo que hace rico a este movimiento popular, su heterogeneidad lo hace muy superador, bajo mi punto de vista.

Hay 2 palabras, Sujeto, que te olvidste de escribir y son una piedra angular de la subversión del lenguaje de la que hablaste - poddríamos decir que significan lo mismo -: compromiso y militancia.

Sujeto dijo...

Hola Alexei
Me alegro que te te gustara. Es cierto, las palabras que faltan son piedra angular, por eso aludí a la inmensa lista de motivos, y a lo que en particular, a cada uno de nosotros nos llevó a este punto.
Y no sólo te agradezco la lectura y el comentario, sino que también me das la posibilidad de decir otra cosa omitida: el "cuando", ese 27 de Octubre donde lloré como una criatura en varias oportunidades, donde estuve cerca de 15 horas en la plaza, pero no pude entrar a despedir a Néstor Kirchner. Más allá de defender a ultranza el modelo, no me llamaba a mí mismo kirchnerista; a partir de ese momento, era imposible no hacerlo.
Te mando un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Sujeto, será por éso que los condicionales ya sabemos quien andan medios perdidos, se estan dando cuenta que ya no se come más vidrio y sus argumentos caen en sacos rotos. Fui unos de los tantos
perjudicados por carlitos-delarua-bañero; gracias a los términos que
empleaste desde que Nestor comenzó a gobernar pude salir adelante y
volver a creer en la política. Hoy puedo decir con toda seguridad
y orgullo; soy kirchnerista!.

Sujeto dijo...

Roberto:
Así es, y con absoluta independencia de orígenes y procedencias. Me pareció bueno volver a pensar porqué uno levanta las banderas que levanta. El sábado en Carta Abierta, se dijo algo tan sencillo como esencial: nuestros gobiernos le han devuelto al pueblo nada más ni nada menos que la esperanza, y no es poco...
Te mando un afectuoso abrazo

Unknown dijo...

no puedo más que replicarlo compañero. Volvió con tutti.

Laura dijo...

Algo importantísimo también que se ha recuperado es el Himno. Es emocionante ver cómo cantamos el himno, el sentimiento real con que catamos. Y la recuperación de la historia, de las fechas patrias, de los héroes...Todo eso que nos (me) daba un poco de pudor hace algunos años, asociándolo a los milicos, por ejemplo, o preguntándome qué mierda festejábamos el 25 de mayo en pleno menemato, si estábamos absolutamente hasta las bolas, flexibilizados, monotributados (dos palabras también naturalizadas por el neoliberalismo) Y vuelve también la noción de Patria Grande, de Latinoamérica...Mirá si hay para ser kirchnerista!

Sujeto dijo...

Manuel
¿qué dijo? ¿me quiere clonar como la oveja Dolly?
Un gran abrazo, compañero.

Sujeto dijo...

Laura:
Viene muy bien que lo menciones. Pocas veces en mi vida me emocioné tanto como en esa medianoche multitudinaria del Bicentenario, cantando el Himno con todos los hermanos. Qué importante arrancarles de cuajo a los "patrioteros" de siempre esa apropiación indebida, insultante, que hicieron del concepto de Patria.
Ya lo creo que tenemos razones...
Un cordial saludo

profquesada dijo...

¡Qué post! y qué contribuciones en los comentarios. A todas, las guía el amor por construir, de unirse a favor de y no en contra de. Tal y como lo expresó Cristina desde Huracán. Es claro que lo dicho por ella refleja un sentimiento que recorre a todos los que acompañamos este maravilloso proceso. No se expresa la necesidad de diferenciar y de diferenciarse, solo aparece como una cita constructiva de unidad. Me produce una profunda alegría y satisfacción leer tu post, Sujeto, y los comentarios de unfor, de manuel, de laura, de ricardo, de daniel, de daniela y los sentimientos que has despertado y que seguramente seguirás despertando y que son la sangre, el fluido vital, el motor de la acción política.

Sujeto dijo...

Hola Estimado,
Muchas gracias por tus palabras, me honran. Pero, en realidad, un post nunca es absolutamente propio, también es el resultado de tanta creación colectiva, de tanta alimentación que unos tomamos de los otros, de todos ustedes...si te descuidás, de algún modo nosotros venimos reproduciendo desde hace rato lo que Cristina dijo: desde nuestras diferencias construímos miradas más abarcadoras, más profundas, integradoras. Siempre sostuve que los mal llamados comentarios son parte del escrito, la parte que, como decís, le dan vida.
Gracias por tu lectura y tus cálidas palabras, nos estamos leyendo

María de los Ángeles del Hoyo dijo...

Qué linda nota Sujeto!! es además de inteligente, sumamente emotiva. Gracias!!

Sujeto dijo...

Muchas Gracias Ángeles,
un cordial saludo para vos

Pablo D dijo...

Vos sabes que estoy haciendo una materia en la facultad, por estos días, llamada "Lecturas contemporáneas del Derecho", que viene a ser una subespecie de Filosofía del Derecho. Y arrancamos con un texto que se pregunta, justamente, sobre la epistemología del conocimiento. Fascinante. Cuestionamiento de axiomas, teoremas, reglas de metodología de construcción y comprobación, en definitiva: casi cuestionamiento del mundo mismo. Como para que lo lea una facho conserva, digamos. Yo opino: el kirchnerismo es, justamente, eso. Cuestionamiento de cualquier coma, sí que por vías democráticas, que se ponga por delante del proyecto. Y eso, me parece, lo vuelve fascinante y le permite plantear épica a cada paso, por ende tan convocante. Hípersimplificado, bueno, pero creo que va por allí la cosa.

Saludos. ¡Qué bueno este 4 a 0, la gran puta madre, me desahogué!

Sujeto dijo...

Hola Pablo
Claro, el kirchnerismo es cuestionamiento, a mí me gusta -demasiado, quizá- un término: disrupción, que legamente podría definirse como una irrupción que emerge, rompe con un sentido y crea otro. Nada más, ni nada menos. Y vino a romper con la decadencia, con la resignación de que "el mundo anda por este camino, no hay otra". Y ya lo creo,demostró que hay otra: la nuestra.

P,S.: el del Rojo fue un triunfo kirchnerista: sacando lo mejor en el peor momento y ganando por goleada.
Gran y feliz abrazo

Paola dijo...

Sujeto, yo no sé si puedo agregar algo más a su brillante respuesta; sólo sé que cuando esos días de la 125, sentí que el gobierno no arrugaba, que no lamía ni las botas ni las bombachas de nadie. Allí supe que,más allá del voto que le dí ,iba a ser Kirchnnerista, pero con pasión
Abrazos!

Sujeto dijo...

Hola Paola
Gracias por tu concepto. La idea era, mucho más allá de mi respuesta, poder armar el mosaico de NUESTRAS razones, las de cada uno de nosotros, porque esa es una manera de ver la transformación.
Lo de la 125 fue el puntapie inicial de una épica pocas veces vista en nuestra historia.
Te mando un Abrazo

MiTucumán dijo...

¡Hola sujeto! ¡Gracias! me desenredaste otra vez... es una pregunta que me hago muy a menudo y encontré en tus post palabras que sintonizan y aclaran la respuesta que yo intuía hasta ahora: "esperanza", como decís al final "y, por sobre todas las cosas, [porque nos obligó] a desterrar la resignación como destino, por eso soy kirchnerista"
Un abrazo desde MiTucumán, la provincia color verde esperanza : )

Sujeto dijo...

Hola Mi Tucumán
Gracias por pasar siempre por acá y dejar tus palabras.
Te mando un Abrazo

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