11 sept 2010

Descartes y Descartados

Hace unos días, en la Villa 31, fue asesinado Adams Ledesma, director de un canal de TV barrial y corresponsal en la 31 del diario Mundo Villa.Si bien aún no se ha determinado el móvil del crimen, es probable que sea obra de dealers de paco, ante la posibilidad que Ledesma los desenmascarara públicamente.  Esta hipótesis es reforzada por amenazas que recibe su viuda presionándola para que abandonen la villa. Para completar los pocos datos de los que disponemos, el Sr. Ledesma era de nacionalidad boliviana y se había convertido en un referente social de su comunidad. 
Seguramente nadie se sorprenderá cuando digamos que esta muerte ha pasado prácticamente desapercibida en los medios, a pesar de tratarse de alguien que ejercía el periodismo. Pero, ¿por qué, siendo la información sobre "la inseguridad" tan abundante, tan funcional  en la creación de corrientes de opinión, justamente no haya prácticamente aparecido en ningún lado?
Y máxime, tratándose de un periodista, con la carga simbólica que tiene en esta momento. Sobre la cuestión de la inseguridad en sí, los remito al excelente post que hizo Ricardo de "Los Huevos y las Ideas",  con una serie de datos muy interesantes, que vale la pena leer.
De la realidad, de lo que pasa, siempre se representa un recorte,  un fragmento. Este recorte obedece a un determinado enfoque, es decir,  qué se querrá decir a quien. Lo que nos interesa es tratar de pensar sobre aquellas cuestiones que quedan por fuera del recorte, aquello que se descarta.
La Nación, el diario de los Mitre, suele ser invalorablemente útil en estas cuestiones. Desde sus columnas se suele denunciar "la inseguridad"  con encendida (e inflamable) retórica, mezclándola con clientelismo político (oficialista, se entiende),  pero siempre enfocado hacia "su público", clase media/media alta, de tinte conservador. La Nación, pocos meses atrás, reaccionó airadamente ante un afiche en el cual aparecían "escrachados" algunos periodistas notoriamente afines a los partidos de la oposición y a los intereses de las empresarios de la comunicación más poderosos. Situémonos, se trataba de un afiche, que fue tomado, entre otras cosas, como una suerte a la incitación a la violencia, ya que se estaba en plena discusión por la Ley de Servicios Audiovisuales, ley que estos mismos periodistas, en una condición militante, llamaban invariablemente "ley K de control de medios", o "ley mordaza". Por supuesto, ninguno de los que figuraron en el afiche mencionado tuvo problema alguno. Pero rescatemos la reacción ante el afiche, al punto de que sus "víctimas" fueron recibidos solidariamente en el Congreso de la Nación por preocupados senadores...
Las víctimas de la inseguridad que leemos y vemos con tanta frecuencia y persistencia en los medios concentrados, son siempre personas de clase media o alta, nunca villeros. La mirada que dirige La Nación al mundo de las villas suele ser la mirada del egoísmo y el menosprecio xenófobo y clasista que la caracteriza. No hace falta aclararlo: es lo que esperan sus lectores.
La muerte de Adams Ledesma necesariamente formará parte de lo descartado de las primeras planas, de las pantallas, de las columnas: es la muerte de un extranjero en una villa, y además, referente social y comunicador alternativo en una comunidad. Reconocer la muerte de Ledesma es también reconocer la necesidad de existencia de la Ley de Medios por la que tanto se luchó: comenzar a dar voz a los silenciados, a los excluídos, a los desechados, a los que nunca serán la preocupación de los grandes medios.
Podríamos decir que lo que se descarta de las noticias son las personas que se descartan de la sociedad .
Los reclamos de los villeros, su cultura, su organización, su comunicación, en buena medida se encauzan con los medios que han construido. Apartados de la sociedad, estigmatizados, hacen su intento de integración, crean identidad, buscan el progreso. Necesitan, al igual que todos, una oportunidad. Diariamente miles de personas luchan dignamente por su subsistencia, educan a sus hijos, ayudan a construir el país con su trabajo. Diariamente son discriminados, excluídos,  descartados. Hay una cadencia, una pulsación: en la medida en que los invisibilizan como personas, los visibilizan como peligro para los descartadores.
Pero no todo es ninguneo: en días muy cercanos al de la muerte de Ledesma, La Nación sí se ocupó de otras cuestiones ligadas a  las villas.
Que cada uno saque sus propias conclusiones.


 

21 comentarios:

Javier dijo...

Que paso con la UTPBA de estar defendiendo al periodismo con el No se olviden de cabezas a comportarse cual la SIP con las 10 muertes de periodistas en Honduras , mutios por el foro . Mas alla del estarcto social por este tema no debe poronuciarse tambien la empleada de Magnetto Silvana Giudice ?
Perdon mi copmentario no se ajusta a tu post , en realidad todo se explica qne que los muertops en las villas no importan , solo importan aquellos que pegan en la sensibilidad del medio pelo , lo que habla de la escasa calidad moral de nuestra poblacion .

Un abrazo

José Pepe Parrot dijo...

Las cárceles a cielo abierto. Así definía Diego Chichizola de Pelota de Trapo a las villas.
Todo esta bien mientras se mantengan dentro de los límites de la villa, ahí se pueden morir cien veces y a nadie se le mueve un pelo.
Pero claro, apenas se hacen visibles reciben la rechifla civilizada de los medios serios.
Ledesma murió adentro de la villa, probablemente haya policías involucrado. ¿A quién le importa más que a nosotros que desde ya somos resentidos sociales?

Sujeto dijo...

Hola Javier
Tu comentario se ajusta perfectamente al post, y lo enriquece. Yo enfoqué en La Nación, pero le cabe, como bien decís, no sólo a los medios, sino a las organizaciones de prensa. Sobre el estado de la UTPBA, te recomiendo (y mucho) el blog Ética y Periodismo, que encontrás en mi blogroll, de Ruben Levenberg, fijate que hay algunas entadas de hace pocos meses muy buenas sobre el sindicato y sobre la situación de los laburantes de prensa.
Te mando un abrazo

Sujeto dijo...

Hola Dormidano
Es toda una definición la de Chichizola, y demasiado cierto que lo que ocurre ahí dentro no le importa mucho a nadie. Más que nada, quise detacar lo perverso del manejo de la información, cómo se puede movilizar hasta el Congreso por un afiche casi infantil, mientras que la muerte, y probablemente, como vos decís, con posibilidad de involucramiento policial por el negocio del paco, se oculte, se entierre. Y encima, de laguien que promovía un medio de comunicación villero. Demasiado para algunos.
Un Abrazo

Rafa Hambra dijo...

Ay Sujeto, siempre terminamos hablando de, reclamando, honestidad intelectual. Y qué escasa que es en nuestro mundo global, no sólo en nuestra Argentina.
Quizá la señan de identidad de nuestra resistencia sea ésta: reivindicarla, y denunciar su falta.
Un abarzo hermano.

Sujeto dijo...

Hola Rafa
Y es así, sobrar, justamente, no sobra. Como tampoco sobra ética, ni, menos aún, un cachito de humildad humanista, de solidaridad con el otro. Y bueno, es un poco lo que nos hace seguir escribiendo. Te agradezco la lectura, y correspondo afectuosamente el abrazo.

Ricardo dijo...

Amigo Sujeto:

Son tantas las cosas que invisibilizan en los Medios, siguiendo esa lógica perversa que dice que "si no pasa en la televisión, no pasa en la realidad".

Es triste leer noticias así, de gente comprometida, que con los pies en el barro colabora para mejorar aunque sea en algo la vida de muchos, para que luego su muerte pase inadvertida. Es muy certero lo que señalás: lo que se descarta de las noticias son las personas que se descartan de la sociedad.

Gracias por la cita.
Abrazo grande.

A.C.Sanín dijo...

Muy bueno, como siempre. Nos obligan a vivir en una burbuja informativa, sometidos a un doble rasero para discriminar lo noticiable de lo que no. El caso que destacás es muy ilustrativo. De una parte, una respuesta histérica ante un afiche que no contenía amenaza alguna; de otra, el silenciamiento de un asesinato real. En fin, veremos cómo cambia el paisaje con la Ley de Medios. Un abrazo.

Sujeto dijo...

Hola Ricardo
El agradecido soy yo por haber citado el laburo que hiciste, muy bueno para ubicarse en contexto, eso que parece hacernos tanta falta: un contexto contra el cual tratar de ser menos chicanero, más honesto.
Te mando un abrazo

Sujeto dijo...

Amigo A.C.:
De fierro lo tuyo, siempre atenta tu lectura.
Gracias por el elogio. Recién, respondiéndole a Ricardo, me encontré escribiendo "contexto", y me acordé de mis épocas de estudiante en la facultad, de la Gestalt, la teoría psicológica en la cual, en unos dibujos, variaba según vieras figura o fondo. No me acuerdo nada de la teoría, debo confesarlo, pero se me ocurre pensar que, de acuerdo a la "fama" de la villa, que allí ocurra un asesinato, para los medios de noticias blancas y de clase media, va a ser todo igual, todo fondo: uno más de esos negros que se matan entre sí (y a los blanquitos también, que es lo que los aterroriza), mientras que la persona blanca que sufra, y si es mujer, mejor, y si está embarazada o es anciana, mejor aún, será figura, resaltará sobre el fondo negro, será noticia.
Te mando un abrazo.

Anónimo dijo...

Muy buen post. Sino te molesta lo pienso recomendar en mi blog. Muy bueno, solo es noticia lo que sirve para cubrir intereses. El resto se descarta.

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Estimado,
Bienvenido. Te agradezco lo vayas a mencionar en tu blog, voy a pasar por él para conocerlo, y seguramente nos estaremos leyendo.
Saludos

Anónimo dijo...

Siempre paso por el blog de Mariano, te recomendó y aqui me tenés.
Muy interesante lo que contás, casos como éste hay muchos lo que
sucede que no hay prensa donde no conviene arruinar un negocio.

Saludos!

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Roberto,
Te doy la bienvenida a este aporreadero de teclas, haremos lo posible para ofrecer algo para pensar y compartir. A leernos, entonces. Saludos

Unknown dijo...

Excelente análisis compañero suje, ya de por sí los crímenes en las villas son ninguneados, desvalorizados como sus vícitmas.

En el caso de Adams, además, en las escuetas noticias de la prensa monopólica, también se ninguneó su condición de periodista. Claro, de blanquearse eso, era inexplicable que no tenga repercución.

Sujeto dijo...

Hola Manuel
Claro, además, "periodista villero", imaginate en qué lugar quedan ellos (nada menos que La Nación), un diario de gente supuestamente culta, si reconocía la muerte de un periodista villero, era reconocer que hay "otro periodismo posible", un más allá de lo que La Nación supone son sus verdades reveladas.
Te mando un abrazo, mughas gracias por acompañar, como siempre.

Rubén Levenberg dijo...

Gracias por la recomendación, Sujeto. Respecto de tu post, me llamó mucho la atención el silencio de la UTPBA, a pesar de que "la peor opinión es el silencio", como ellos mismos me enseñaron. Será que están muy ocupados en utilizar los boletines oficiales del gremio para enviar propaganda electoral del oficialismo, la lista celeste y blanca, que encabezan Lidia Fagale y Raúl Dellatorre. Por ahí después de las elecciones -que ganarán, porque los votos casi casi están en las urnas desde hace semanas- se acuerden de los periodistas hondureños o de Ledesma. Abrazo. Rubén.

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Rubén
Un gusto que andes por acá.
Tiempos raros los que estamos viviendo, ¿no? la muerte de un periodista aparentemente debido a que iba a publicar una lista de dealers villeros se invisibiliza; un cartel con un escrachecito tonto merece solidaridad legislativa; un gremio que también se calla...
Te mando un abrazo

Daniel dijo...

Pero tampoco escuché nada en Radio Cooperativa ¿? para el caso. Al menos en los espacios que suelo escuchar. A veces pienso que hay como dos mundos, pero coincido finalmente con la visión de Dormidano.

Sujeto dijo...

Así es Unfor, es bueno no perder de vista tampoco lo de nuestro propio campo. Lo que me lleva a pensar en cuántos "nosotros" que hay, ¿no?
Te mando un abrazo

Sujeto dijo...
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