21 may 2010

Bicentenario y Singularidad (leer más)


(Reflexiones sobre los Post “El argentino más pobre, sabrá de qué se trata el Bicentenario” y “Ajenos al Bicentenario”) de “La Cosa y la Causa”

Una maravillosa frase freudiana dice: “dilucidar el estado originario es siempre asunto de construcción”.

La construcción a la que alude es, justamente, la construcción mítica. Un recubrimiento del orden simbólico sobre el agujero de un origen perdido, una inscripción significante que opera organizando el mundo.

Eva Row escribe dos textos: uno,  preguntándose, sobre el fondo de la inequidad de nuestra sociedad, qué implicará el Bicentenario para los excluidos del sistema, los expulsados de la economía, de la educación, del  trabajo formal, de la atención digna de la salud; se interrogará sobre su registro. El segundo, en cambio, se refiere a quienes, desde una ubicación harto diferente en la escala social,  sostiene una postura entre prescindente y negativa ante el acontecimiento.

Los dos textos, su mutua implicancia, llevan, entre varias, a una pregunta directriz: ¿Qué es lo se  que festeja del Bicentenario?  Puedo decir lo que hace eco en mí: lo que se festeja es el acto inaugural, mítico, de la fundación del “Nosotros”. Festejamos el parirnos a la historia, el Acto de constitución del Nosotros, diferenciado, disruptivo del estatuto previo, reacomodamiento de las significaciones preexistentes.
Porque de lo que se trata es de la eficacia simbólica, los efectos que genera.

Veamos un poco lo dicho en los textos enfocándolo desde esta hipótesis.  Cuando Eva se pregunta por “el argentino más pobre”, y establece una dualidad especular entre el rico en desposeimiento y el burgués que más o menos flota (generalidad de quien escribe y leerá estas líneas), apela a –resumo- categorías del “tener”, relacionadas con la posición relativa ocupada, ya sea dentro ó en los márgenes de la sociedad; su pregunta, entonces, será si su situación cuasi paria hará que queden simbólicamente “por dentro” ó “por fuera”.
Cuando se / nos plantea la pregunta,  especulo  que,  donde hubiera esperado un reconocimiento a la fecha y una adhesión, jóvenes escritores con blogs progresistas, populares, libertarios, encontró desdén y hasta desprecio.
Es decir, no sabemos si encontró respuesta a su primera pregunta, pero encontró lo que no hubiera querido encontrar en otro lado, lo que la llevó a escribir su “ajenos”.

Me parece sumamente interesante el “ajenos”. Porque, no recurro al diccionario, sino al lenguaje compartido por todos, lo ajeno es lo de los otros. Y notemos que veníamos hablando, si nuestra hipótesis  es correcta, del nosotros. Entonces ya no hablamos del tener, hablamos del ser; es decir, hablamos del sujeto. Entonces, vale tanto para la pregunta por el excluido como para la del que se aparta.

Nacional y popular, Discépolo diría que, en el punto del sujeto, estamos como en Cambalache: en el mismo lodo, todos manoseaos. Ricos y pobres, cultos y privados de escolarización, al fin y al cabo, daremos una respuesta desde nuestra subjetividad, en virtud de nuestras novelas familiares, deseos, frustraciones, logros, fracasos, experiencias significantes que dejan su huella en nosotros.

Se podrá decir, como en el caso de los jóvenes que permanecen ajenos u opuestos  que, como su visión de la historia  les indica que no se trató de una auténtica revolución (como si de éstas hubieran existido muchos casos), no tiene sentido el festejo.
Quizá algunos de esos pobres extremos que mencionaba Eva no comprenda muy claramente qué es lo que se festeja, pero sepa que le concierne, mientras que probablemente algunos de nuestros jóvenes no se sientan identificados.

No deberían extrañar diferencias marcadas entre generaciones que hoy tienen 45 años y más, y quienes tienen menos de 35 años. Tanto el mundo en general, como Argentina en particular han experimentado enormes cambios culturales en una corta cantidad de años.

Tengo opinión formada sobre la Revolución de Mayo. No es relevante para nadie, salvo para mí quizá. Probablemente tenga algunos puntos de acuerdo y otros de desacuerdo con lo que piensan estos jóvenes. Es lo que menos importa.

Porque, en todo caso, también forma parte de la subjetividad festejar no solamente con lo racional, sino con lo emotivo.  Está en juego el orden de la apropiación en su sentido pleno: el movimiento de hacer de algo lo propio. Un propio compartido: el nuestro.

Porque la patria no es solamente la historia y la política, son nuestros poetas, escritores, músicos, Madres, Abuelas, laburantes, estudiantes, los pibes.
 No pienso regalar la palabra patria a los que siempre la tomaron como propiedad privada; tampoco voy a discutir con quien no se sienta convocado ni partícipe.

Simplemente se trata de festejar 200 años de nosotros; algunos se lo perderán.              Yo prefiero disfrutar de esta emoción.

8 comentarios:

Ricardo dijo...

Maravilloso post.

Yo también estuve leyendo distintas interpretaciones de qué es el Bicentenario en los blogs y coincido en algo con algunos y poco con otros. Lo mejor que leí fue este post.

Coincido con que pasó mucho en pocos años y que las diferencias generacionales deben ser más marcadas ahora que en el pasado. Igual la vida es la misma. A mi me parece que esa postura de ningunear mayo de 1810 -por no haber sido "revolucionario" en los términos que se entienden ahora como tales- es algo adolescente.

No creo que pueda entenderse a la Historia en blancos o negros y, como decís, es finalmente el significado que se le da a los hechos lo que termina por definirlos. Y quién se los apropia y con qué sentido, también. Ya son muchos los años en los que la filosofía liberal delineó el "ser nacional". No creo que seguir regalando ese significante sea bueno si entendemos que la Patria es de todos y debe ser para todos.

Gracias por el post. Me parece que algo te voy a afanar. ;)

Un abrazo.

Sujeto dijo...

Gracias por el elogio compañero.
Son temas que no admiten una mirada única, por eso creo tan importante el "nosotros", eso que engloba la suma de nuestras diversidades.
Por lo demás, no afana, la palabra está para circular, así que dale nomás.

Un Abrazo

Unknown dijo...

Postazo compañero. Ahora, que no fue revolucionario, lo discuto, puta, se armaron verdaderas milicias sin formación academica, y además con plenas tácticas de guerrilla, y como casi toda revolución, el final no fue del todo el esperado pues casi que no se tenía definido en su comienzo, pero con concepciones políticas inéditas hasta entonces. Osea, 3 años más tarde se abolió la esclavitud.

En cuanto a lo que se refiere compañero a lo ajeno y a lo simbólico, y a los más pobres, que se haya reducido en número esas personas que no les interesa festejar o celebrar el tema ya es un buen indicio. Lo emotivo testimonia y delega de generación en genración, Yerushalmi creo que era el que distinguía entre recuerdo y aprendizague, cada 25 no es más que un acto de memoria pasado de generación en genearació, cómo haremos nosotros con estos años que recordaremos para que lo aprehendan los que no lo vivieron y sigan el camino de su transmisión

Sujeto dijo...

Gracias por sus palabras, mi amigo.
Yo también pienso que fue una revolución, pero me cuidé muy bien de opinar sobre eso, porque se trata de otra cosa.
Recién vengo de la 9 de Julio, acabo de ver cantar a Víctor Heredia "Coraje", una hermosísima canción de fines de la dictadura/principios de la democracia, es decir, lo que escuchaba hará más o menos 25 años atrás. Te aseguro que las lágrimas que se me cayeron escuchándolo valen pr mil discursos.
Te mando un fraternal abrazo

Pomez dijo...

Tambien es el momento de empezar a plantear que se enseña de los inicios. La historia es uno de los intrumentos mas importantes que tenemos para dar sentido. Nada mejor que el bicentenario para repensar esto

Sujeto de la Historia dijo...

Hola Pomez

Sí, es muy cierto lo que decís.
En realidad, el Bicentenario es una fuente, un disparador formidable del pensamiento, una oportunidad de multiplicar temáticas, puntos de vista, posturas. Y en este sentido es inabarcable, por eso tantos
hemos escrito tanto y, lejos de agotarlo, lo relanzamos.
Por suerte es así, nos anima a seguir para adelante.
Gracias por pegarte una vuelta por este lado y aportar tus palabras.
Un Abrazo

Joselito dijo...

Pomez: de acuerdo contigo.

Lo que me gustó del articulo es que apunta a lo que de acá en mas construyamos de la historia, para que eventualmente en un futuro podamos enseñar el sentido de ella, en toda su extensión, a los futuros argentinos (atravesados por ella), con un autentico orgullo por lo realizado, actualizando los valores colectivos en la tradición cultural. Ese es el valor de la historia. Creo que es momento de repreguntarnos: ¿que es el movimiento nacional y popular?

Sujeto dijo...

Hola Joselito

Gracias por tu comentario. Coincido con vos sobre el repreguntarnos qué es el campo popular, casi te diría es una imposición de la hora, porque se juega la continuidad y profundización del modelo que sostenemos, o la reacción opuesta, destructiva de lo hecho por parte de quienes han sido perjudicados en sus negocios. Creo que, en ese sentido, es ejemplar la Declaración del Bicentenario de Carta Abierta, no sólo en lo que dice, sino por quienes la firman. Ese es un camino que considero el que hay que seguir: amalgamando con más gente, enriqueciéndose con eso.
Te mando un abrazo

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